
Por Alcides García Carrazana
Un hombre barbado, en pullover, pantalones cortos, sandalias y una abultada “riñonera” como si llevara la casa a cuestas, hablando y gesticulando, tratando de enamorar, convencer, captar… fue la primera imagen que tuve de Daniel Diez cuando corría el año 1993. Y era literal, traía no solo la casa a cuestas, sino un sueño, una aventura, un proyecto que fue tomando forma a partir de su verbo y su impronta, ganando espacios y nos regaló a Televisión Serrana.
Yo estaba en la recta final de mi universidad y justo en 1994 comencé mi vida laboral. Volvíamos a encontrarnos todo el tiempo. Él fundando TV Serrana en San Pablo de Yao, plena Sierra Maestra, yo fundando el Estudio de Radio Rebelde en Bayamo. Ahora creo que no eran coincidencias esos encuentros.
Varias personas que formaron parte del núcleo fundador de TV Serrana nos conocíamos, o llegamos a conocernos bien, ser colegas, tejer amistades, compartir espacios de creación… luego la otra generación, y la otra, hasta nuestros días. Varios momentos de mi vida personal y profesional están ligados a TV Serrana ya sea por el proyecto en sí; o por su fuerza mágica, creativa, inspiradora; hasta cuando comenzamos nuestro sueño de Videos Crisol, la mirada se detuvo en TV Serrana. Es una experiencia que hay que revisitar. Pero todo es más que su sede en esos hermosos parajes, más que las personas, las obras, los premios… es Daniel Diez respirando, latiendo, creando, forjando, alimentando.
A la Sierra volvió después de que fuera la Sierra la que le motivara tanto cuando alfabetizó en estos lares. Y volvió para alfabetizar con la magia del cine y el audiovisual, con la máxima de que campesinos y campesinas podían también contar su rica historia, su realidad, su cotidiano, y desde ahí formó más que una productora, formó una filosofía, una narrativa, un sello y estilo… el de TV Serrana.
Nadie había mirado como él la riqueza de historias, personajes y locaciones de la Sierra. Nadie como él y sus discípulos, que por suerte son muchos, han contado esas historias.
Daniel nos deja en este tiempo espacio pero solo en su cuerpo físico. Imposible que Daniel se nos vaya por su obra, su legado, por lo que él inspira de entrega, de soñador y materializador de sueños, de gestor.
Daniel nos se nos va. Daniel es de los imprescindibles, de los que quedan por siempre para seguir fecundando sueños y realidades por el cine cubano, por la vida misma. Daniel es de los que nos sigue marcando el camino para hacer lo correcto.