Escrito por: Alcides García Carrazana
Participaron los Premios Nacionales de Cine Manuel Herrera, Raúl Rodríguez, Eslinda Núñez, Livio Delgado y Manuel Pérez; Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba; Lázara Herrera y Sergio Benvenuto; Tania Delgado, directora del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano; y otros directores de los Festivales; junto a directivos del ICAIC.
Escuchar a “los mayores”, a los “padres fundadores”, es más que un acto de cortesía. Es la expresión de beber de quienes, con su obra, forman parte indisoluble de la historia del cine cubano. Eso fue lo acontecido hoy. Tuve la suerte, desde una luneta de observador interesado de participar de ese intercambio.
Comenzó en modo invitación a espacio de debate, de escucha. Fue “in crescendo” a un estado de confort, en donde se dialogó de temas diversos, pero con ejes claves en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latino (ya sobre nosotros); la celebración de los 65 años del ICAIC el año próximo; el Festival de Cine Cubano en marzo del 2024; el Centenario de Alfredo Guevara en el 2025 que la Unesco acompañará y que desde ya hay que pensar y hacer…
El diálogo iba y venía entre la historia y la actualidad, la necesidad de rescate del valor conceptual, identitario, de fuerza simbólica y cultural que ha sido el ICAIC; hasta el proyecto “Museo del cartel de cine cubano”; el ya con nombre aunque en estado primario “Distrito Cine Cubano como eje del Vedado Ciudad Cine”; el espacio y estrategia de formación y realización con los jóvenes; el compulsar la producción y coproducciones; darle valor a los eventos de cine en todo el país, la potenciación de la creación desde el Registro del Creador Audiovisual, el vínculo de los creadores con las Direcciones de Cine en la provincias; lo hermoso del Fondo de Fomento y la necesidad de que en la provincias se acompañe y estimule la creación audiovisual y cinematográfica; la diversidad, la inclusión, el qué es cine cubano; el qué es ser realizador de cine cubano; en fin… les puedo decir que estar en la primera fila de observador de lo acontecido es un privilegio. No solo porque quienes allí dialogaban son los que por mérito propio tienen todo el poder de hablar y de ser escuchados.
No estaban todos/as quienes deberían estar. Unos viajaron desde provincia, otros llegaron, otros no pudieron… Pero fue un primer acercamiento. Otros espacios vendrán. Se desea una metodología dialógica y participativa. Hay mucho por dialogar, si.
Hay una invitación a pensar en colectivo. Y lo más importante no es solo ver la historia y aferrarse a ella, es interiorizar el presente, pero sobre todo poner metas a futuro que sean de corto, mediano y largo plazos. Con sus virtudes y defectos.
¿Cómo se multiplica el impacto del Festival Santiago Álvarez in memoriam, el Festival de Cine Pobre? El Festival Internacional del Nuevo Cine Latino de La Habana debe recuperar su capacidad y legitimidad de convocatoria internacional. Los Premios Caracol de la UNEAC y el papel activo de las Filiales en provincias. El Almacén de la Imagen y otros eventos que prestigian al arte y la industria cinematográfica y audiovisual cubanos.
Cada institución del ICAIC debe contribuir a devolverle a la institución y a los artistas, creadores y demás especialidades que conforman el “arte e industria cinematográfica” la fuerza histórica que ha tenido.
Interesante el debate sobre el Sistema de Reconocimiento en el gremio. El Premio Nacional de Cine, el protocolo para su otorgamiento anual. La complejidad del cine como arte e industria y la diversidad de especialidades que participan en su concreción. No siempre se piensa en todas las categorías que intervienen en una producción cinematográfica.
Preciso revitalizar el movimiento del documental cubano desde el ICAIC y sumando a todo colectivo que desee aportar. Vincular la Academia y la formación a la vida diaria del ICAIC y a la estrategia por el 65 aniversario de la institución. El papel de la FAMCA, sus expresiones en otras provincias, la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y sus similares en el país…. Hay mucho talento joven y mucha producción joven. Mucha inquietud que debe y puede ser acompañada desde el ICAIC.
El rico debate veía pasar el tiempo pero no mermaba la intensidad. Modos de producción desde la productora estatal y las productoras surgidas al amparo del Decreto Ley 373 del Registro del Creador. La necesidad de visualizar a un cine cubano, saltar las fronteras “Habana centristas” y reconocer, estimular la rica y diversa producción desde tantos escenarios. La necesidad de constituir un embrión de lo que podría ser la Academia del Cine Cubano y desde ella, acompañar, impulsar la transformación necesaria; incluso dirimir las diversidades y hasta potenciales antagonismos, pero teniendo como núcleo y convocante la institución que tiene como mandato estatal viabilizar esa diversidad. Y desde ahí, atender, comprender, sobre bases del diálogo, el complejo proceso de trazar pautas a futuro y devolverle el valor al ICAIC en las nuevas condiciones.
Me quedo con la síntesis de algunos criterios: Muy contentos/as de que nos hayan escuchado. Que debatamos incluso las cosas que no hemos hecho bien. Esta es una etapa nueva para el ICAIC. Mantener la base ideo artística del ICAIC y su fuerza histórica, pero todo lo demás debe ser renovado.
Se reafirma que este es un espacio que va a crecer, para “escuchar a los mayores, a nuestros maestros, a quienes por su obra han distinguido a la institución, y sumar a otros que igualmente su obra, sus criterios, por más diversos que sean, sabemos que es imprescindible no solo escuchar, sino ser tomados en cuenta para la trasformación que estamos necesitando…”.
Creo que es el primero de muchos espacios. Necesarios, refundacionales, plurales, pero sobre todo dialógicos para poner en meta futura algo más que las diferencias actuales. Poner en futuro presente la reconstrucción de la primera institución fundada por la naciente Revolución. Eso no fue un hecho casual.