Escrito por: Rayvel Friman Ramírez
Quienes me conocen, saben que prefiero no hablar de mis pinturas, pues soy cómplice de ellas y disfruto que el espectador haga de estas su propia interpretación; pero recientemente conversaba con alguien especial en mi estudio y me insistió en que hiciera pública la historia sobre una de mis piezas. Espero ser breve y no aburrir.
Era un niño de 7 u 8 años, recuerdo en el librero de casa una revista llamada EL CORREO, había solo dos ejemplares, en una existía un breve artículo alusivo a la ciudad italiana de Venecia que relataba sobre sus canales, puentes, plaza principal y detallaba sobre las góndolas como medio de transporte y sus características. Aquella era una ciudad sub realista para un niño de campo que no lograba imaginar como las personas podían transitar por agua, confieso que llegué a fantasear vinculando todas las aristas de mi entorno social desarrollándose a través de servicios ofrecidos con y desde las góndolas.
Pero bien, para el 2017 ya con unos 35 años y lleno de ambiciones profesionales, realizo un viaje de trabajo a Italia, (bajo contratación por un art-diler con el que trabajaba entonces).
Teniendo la oportunidad de visitar muchas ciudades de este hermoso país. La suerte me acompañó a disfrutar. Imaginen qué ciudad conocí (Venecia), con Bienal incluida. ¿Qué más podía pedir? Disfrutaba del arte y hacía turismo al mismo tiempo y por vez primera en la ADORABLE VENECIA de mis sueños infantiles.
Una experiencia extraordinaria convertir la ciudad sub realista de mi niñez en la ciudad real que podía disfrutar, viendo señores distinguidos que vestían pullover a rallas horizontales guiando su góndola con un ritmo muy peculiar en su único remo.
A mi regreso, sentí necesidad de rendir un modesto homenaje a estos atractivos caballeros. Nació así «LA DANZA DEL GONDOLERO» pieza que les comparto y espero disfruten. ¡Gracias!