Escrito por: Diana Iglesias Aguilar
El espacio Viernes del te diseñado por el Centro Provincial de Artes Plásticas de Granma se honró con la presencia de Ramón Javier Quesada Mesa, quien celebra los 20 años de vida artística.
Conversar es un don que se le da a Quesada, y a Ivet, la anfitriona del espacio. Cómo pretexto un té compartido entre amigos y buenas temáticas, desde las humanas y divinas, entre el trabajo y la familia. Para lo que está diseñado el espacio, para dar a conocer a los creadores desde varias aristas.
Cuenta Ramón Javier que desde niño le gustó dibujar. Por parte de la familia materna Mesa vienen los dones de pintar o la inclinación hacia las artes plásticas. Luego estudió en la Academia de Artes de las Tunas. Antes en Bayamo, fue alumno de la profesora Vivian en la casa de cultura 20 de octubre.
Recuerda que estudia dibujo como especialidad, porque siempre estaba detrás del tío materno y del primo que exponían en la Casa de Cultura. Tuvo como referente universal a Rembrandt hasta que conoció a Alexis Pantoja y luego fue alumno del maestro Cosme Proenza, el que dejó gran influencia en el estilo y en lo humano.
El estudio constante y la disciplina son dos armas para la profesión. Y aunque reconoce que se mueve entre el abstraccionismo y lo figurativo, su carrera ha tenido varios periodos creativos y le gusta mover el ritmo, la temática, el formato, las líneas huyendo a las rutinas.
Fue profesor de la Academia de Arte Oswaldo Guayasamín de Bayamo y siente pasión por la enseñanza del arte. Confiesa que le imprime su temperamento a las obras, en ellas se reconocen sus rasgos.
El espacio también es para hablar de lo íntimo lo personal o familiar e Ivet resalta el rol de Ramón como padre de tres hijos a los que les inculca apreciar las artes.
Dice que al cabo de tanteos y experimentaciones durante dos décadas ya está en la etapa de sintetizar. Y para la celebración prepara una exposición personal que acogerá esta institución en diciembre venidero.