Escrito por: Diana Iglesias Aguilar
«Ojalá usted fuera la maestra de Historia, seño». Me dice uno de los chicos del 6to B de la escuela primaria José Antonio Saco de Bayamo, justo después de la presentación del documental histórico Canción de luz, en la peña audiovisual Pequeños Príncipes que cada mes comparto con niños, adolescentes y jóvenes bayameses desde el centro cultural Ventanas.
Yo que ya tenía al rio Bayamo en mes de mayo corriendo por mis mejillas, alcancé a detener el nuevo motivo de humedad licitando mi inocultable emoción. Y es que hablar de historia local en Bayamo, sobretodo en el siglo XIX, irremediablemente te lleva a mencionar hombres y mujeres, hechos medulares para la nación, que estremecen.
Canción de luz es un documental hecho en 2016, mi segundo audiovisual histórico, un docudrama para ser exactos, dónde nos atrevimos a experimentar en todo, pero hoy al verlo de nuevo, celebro la osadía.
Más allá de algunas cosas que cambiara, quitar aquí, suprimir allá. El audiovisual concentra en 27 minutos la historia de La bayamesa, poema-canción génesis del cancionero cubano, del romanticismo criollo y de la trova. En el vamos desmenuzando motivos, personajes, versiones.
Para los niños y niñas la mañana fue mágica, linda, especial, interesante, así lo dicen. Y agradecen el aprender tantos detalles que los libros de texto obvian. Investigué para el material, y como guionista y productora me quedaron cartas para otros productos, les leo entonces una síntesis de la vida de María de la Luz Vázquez, la inspiradora. Boquiabiertos se quedan y eso me da pie para preguntas y más historias, pero no quiero agotarlos, aunque ha pasado una hora entre filme y cháchara y sigo viendo el brillo en las pupilas.
Si yo fuera maestra, menos mal que no. Porque ya me veo transformando programas, examinando con la emoción que pongan al narrar los hechos y descubrir a los humanos en las estatuas inalcanzables que nos plantaron. Dios sabe lo que hace.