Escrito por: Diana Iglesias Aguilar
El espacio “Tengo una historia que contar” que realiza la delegación de jubilados y colaboradores de la Unión de Periodistas de Cuba en Bayamo, tuvo a bien compartir lo mucho y bueno que dejó el periodista José Ángel Ramírez Durán, líder político, organizador valiente de hazañas en la etapa más difícil de la lucha revolucionaria, consagrado reportero, redactor sagaz y comprometido con el tiempo y la gente.
La jornada por el día de la prensa trae motivos para ir escribiendo la historia local, así se rinde homenaje a uno de los fundadores de la organización de periodistas, del periódico La Demajagua del que fue el primer jefe de información y fundador del poligráfico bayamés, dónde aprendiera todo tipo de oficios, cómo para entender la labor de sus subordinados, sin dejar la labor reporteril, iniciada muy joven como corresponsal del periódico Sierra Maestra de Santiago de Cuba y luego labora en Combatientes del Cauto, firmando como JARADU, acrónimo de sus nombres y apellidos, pero también significaba » tipo jorocón» y es que en Duran coexistían la calma y el torbellino propios de un huracán, aseguran las reporteras María Valerino y Ángela Valdés.
Procedente de Sagua de Tánamo llega Durán al poblado Julia en 1949, había nacido el doce de agosto de 1936. Estudia en la Escuela de Comercio de Bayamo y da el mayor de los ejemplos estudiando Licenciatura en Periodismo en la Universidad de Oriente, sin abandonar sus múltiples tareas sociales y el hogar fundado del que resultaron además de mucho amor, cuatro hijos, diez nietos y nueve bisnietos.
Antes se ha forjado en la lucha clandestina, protagonista de acciones suicidas cómo la quema del gascard ( pequeño coche motor ferroviario), el sabotaje a las líneas férreas, la distribución de propaganda, acopio de armas, alimentos, municiones y otros implementos necesarios a la guerrilla de la Sierra Maestra.
Al espacio ideado por la delegación de los jubilados de la Upec para recoger las memorias, asistieron Camilo Ernesto y Fidel Ramírez Otero, dos de los hijos de José Ángel, los que emocionados, también dieron detalles del padre, casi siempre ausente, pero preocupado y coherente con su prédica social. No dejó Duran para la familia bienes materiales que no sudara, pues la honradez le calificó siempre.
Los nombres de los hijos hablan por sí solos de las convicciones del hombre de calma proverbial y resistencia a prueba del tiempo, pues en años apenas dormía, responsable de la edición e impresión del diario local, también lo alimentaba con artículos e informaciones.
Fidelito, el más pequeño narra que su padre dejaba para cada muchacho una cuota modesta de dinero, justo debajo del colchón y que tenía precisión de reloj para esa obligación paterna. También, como en medio de las tormentas diarias infundía paz. Justo el día antes de morir, al preguntar el benjamín por la salud paterna, este responde que todo está bien, aunque a ojos vista se deteriora y le quedan algo más de doce horas con vida. Un beso inolvidable en la frente surgió como muestra de profundo cariño hacia el viejo, acompañado de la sonrisa sempiterna del padre que no se olvida.
José Ángel Duran falleció el 13 de septiembre de 2022, cómo para ratificar con su partida los vínculos con la clase obrera, él que vivió y predicó la modestia y el desinterés por lo material, es un símbolo para estos días dónde el tener parece va dando jerarquías a los humanos cada vez más. Un hombre coherencia y firmeza, cualidades tan necesarias.