Escrito por: Diana Iglesias Aguilar
Este 28 de enero la voz del niño bayamés Lincom Jefferson Justiz Queija se alzará desde La Habana en homenaje al maestro José Martí Pérez, en el 170 aniversario del natalicio del poeta, periodista, político, diplomático cubano, conocido como el más universal de los seres humanos nacidos en la mayor de las Antillas.
A través de la poesía y la música se hace una reverencia a quién dejó una inmensa obra literaria, humana, que trasciende los tiempos con total vigencia. Lincom interpretará la canción » Más allá del tiempo» del poeta, compositor y periodista granmense Abel Guerrero Castro, musicalizada por el Maestro Idael Peña Castillo (Capote).
Canción compuesta para la ocasión especial de este aniversario natal de Martí.
El niño, de solo nueve años, defiende con absoluta seguridad un tema, que si bien es hermoso en su lírica, ofrece varias dificultades interpretativas, todo un reto vencido para él, acostumbrado a la contundencia del contenido de las letras que ha interpretado y se han hecho populares en Cuba como:» Somos felices aquí” de Cándido Fabré, o “Esa presencia que alumbra” del compositor bayamés Hugo Tamayo, también homenaje al Maestro Martí.
Además del acompañamiento musical de una banda sonora enriquecida con teclado, drums y saxofón, el ritmo va de canción a rumba, mezclando no solo en los versos el concepto Martiano de raza y humanidad, sino también a través de los sonidos.
Lincom canta desde muy pequeño y desafía los escenarios con su desenvolvimiento desenfadado y seguro. Su voz ha erizado dermis en conmemoraciones por el natalicio de Martí en La Habana, en Dos Ríos, Jiguaní en actos por la caída en combate del Héroe mayor, en los eventos del Movimiento Juvenil Martiano, en el de artes plásticas » De donde crece la palma», en la IV Conferencia internacional por el equilibrio del mundo, en varios Seminario nacional juvenil Martiano, así como eventos, festivales, galas y actos culturales y patrióticos por toda Cuba.
Conciente de lo que canta, le pone sentimiento, vive la letra de la canción, que como acto de fe, indica seguir la enigmática luz que irradia Martí desde la eternidad.