Por Nilka Yero
En la zona Oriental de Cuba, sobre todo en la provincia Granma, cuando una mujer queda embarazada y decide que va a ser madre, junto con la canastilla o ajuar del futuro bebé, la familia comienza a preparar una bebida especial conocida como Aliñao.
En una vasija grande, preferentemente de vidrio, se comienza a depositar trozos de frutas cocidas en agua y azúcar. Aquí no pueden faltar los trocitos de piña, las ciruelas, cerezas, uvas…o sea, todas las frutas susceptibles de ser elaboradas en almíbar. La caña de azúcar, en pequeñas porciones, pero sin previa cocción, también va a parar a esta dulce mezcla.
Cada familia le da su toque al Aliñao, es por eso que la cantidad de azúcar y alcohol dependen del gusto de la persona que lo elabore.
Al nacer el bebé y ser trasladado a casa, tras una breve estancia en el hospital, la familia festeja el nacimiento del pequeño brindándole a los visitantes una copita de Aliñao, y si el bebé es hembra, se guarda una botella de Aliñao que será descorchada cuando ésta cumpla quince años.Ya para ese entonces el Aliñao se habrá convertido en un jarabe de frutas que se mezclará con más alcohol y será brindado a los presentes que, por lo general, fueron testigos de los primeros pasos de la homenajeada.
Según cuenta Nora Herminia Mesa Toledo, artezana que ha hecho de la confección del Aliñao su especialidad, son tan remotas sus raíces que su origen se pierde en el tiempo, y ella es depositaria de la receta más antigua…
“Antes se seleccionaba una cantidad grande de ciruelas de abundante masa, luego se ponían a hervir durante cinco minutos y después de escurrirlas de un día para otro, se “ahogaban” en aguardiente de caña durante cuarenta y cinco días. Finalizado este tiempo, se ponían nuevamente a escurrir uno o dos días más y al término de esta jornada se cocinaba un almíbar al cual se le añadía canela y hojas de higo y se sumergían las ciruelas en ella.
¿El Aliñao?… Este se preparaba utilizando como base el aguardiente de caña en el que se habían ahogado las ciruelas, el cual, ya casi convertido en un caldo, se le añadían las frutas cocidas en almíbar, y si el recipiente del contenido se enterraba era mucho mejor, entonces sí era una exquisitez.”
En la actualidad la receta original se ha ido transformando con el tiempo y cada quien hace de esta bebida una creación particular, pero la esencia no se ha perdido.
Con el Aliñao se espera y se da la bienvenida a cada recién nacido, o recién nacida, por estas tierras.