Escrito por: Amarilis del Carmen Terga Oliva
Han transcurrido varias décadas desde aquel 7 de junio de 1991 cuando autoridades de la cultura y el gobierno en la provincia, dieron apertura a Ediciones Bayamo: anhelo convertido en realidad; resultado de la política cultural vigente por el proyecto socialista cubano, en cuyos fundamentos y praxis se concretó esa genuina voluntad de propiciar la creación acompañada por los niveles de recepción de la literatura y el arte en los públicos.
Este acontecimiento marcó un hito en el panorama sociocultural del territorio; en tanto, coexistía una cantera de profesionales y artistas que producían obras líricas, investigaciones y ensayos culturales-historiográficos en nexo con exposiciones artísticas (pinturas, dibujos, esculturas), también los estudios arquitectónicos u otras expresiones del saber; la memoria histórica y los géneros periodísticos.
En aquel contexto, destacaban los desempeños de Onoria Céspedes Argote, Dania Casalí, Zoelia Frómeta Machado, Abel Guerrero Castro, Lucía Muñoz Maceo, Luis Carlos Suárez Reyes, José Ramón Morales, Orestes Adán, Mercedes Cossío Montejo, Arsenio Rosales Morales, Osgmande Lescayllers, Xiomara Silva Duque de Estrada, Nélida Ginarte, Leyla Reyes Poveda y muchos más.
Anteriormente, el Combinado Poligráfico José Joaquín Palma publicaba plaquettes, sueltos y catálogos con carácter informativo-promocional, razón por la cual el surgimiento de la editorial tuvo gran impacto para creadores y públicos, pues existía una tradición socioespiritual a la cual se le daba salida. Este acontecimiento continúa siendo un desafío a enfrentar por cada equipo editorial-promocional, pues los desempeños han sido afectados por inestabilidad, carencias, decisiones erradas, falta de idoneidad, etcétera.
A pesar de esto, Ediciones Bayamo ha hecho significativos aportes al panorama de la cultura e historia regional-nacional que se concreta mediante variedad de títulos publicados desde su nacimiento hasta el presente; hecho que alcanzó mayor auge el 10 de agosto del 2000 con el establecimiento de las máquinas impresoras rissografh.
Desde entonces, la diversidad de títulos publicados es portadora de una tradición con la prevalencia de textos líricos e investigaciones historiográficas; herencia que pervive en la gama de presencias precolombinas, hispánicas, afrocubanas u otras; atributos enriquecedores de las obras como totalidad.
La entidad en su decursar ha contado con significativos aportes de profesionales del ramo, quienes -en su mayoría- no se encuentran hoy entre nosotros; sin embargo, está presente cada legado. Al respecto, destacan: Mario Cobas Sanz, Wilberto Jovas Frías, Alexander Machado Tineo, Yulia Bencosme, Julio Sánchez Chang, Joel Jorge Prado, Jaime Pérez Fernández, Reynier Rodríguez Rodríguez, Carlos Bruzón, Sergio Klier Blumes, Alejandro Ponce Ruiz u otros.
En el ámbito de las colecciones ha sido notoria la entrega de Ludín Bernardo Fonseca García mediante el proyecto Memoria, que por varios lustros ha tributado manuscritos y textos impresos -en ocasiones- ediciones príncipes con gran valor patrimonial que meritan reconocimiento y difusión a todos los niveles. Igualmente es menester reconocer las reediciones de Amargo Ejercicio, cuaderno de Lucía Muñoz, así como textos que han recibido el premio La Puerta de Papel como Cuentos feos de Héctor Luis Leyva Cedeño, entre otros.
Tributaron a este quehacer los reconocidos artistas cubanos: Flora Fong, Zaida del Río, Ernesto García Peña, Nelson Domínguez, Alexis Pantoja Pérez, Juan Luis Maceo, Cosme Proenza, Roberto Fabelo u otros.
Hoy es un reto la publicación de textos en soporte digital, en cualquier modalidad, así como la implementación de una estrategia comunicativa-promocional que garantice la visibilidad de los autores y las obras en las plataformas cubanas y foráneas, también de los equipos editoriales, proceso gestor de las obras a publicar las cuales han de ser portadoras de valores literarios y estético-artísticos por excelencia.