Escrito por: Rosell Alfaro Martínez
Cuba conmemora este 22 de enero el Día del Teatro Cubano en homenaje a los sucesos trágicos del coliseo Villanueva, ocurridos el 22 de enero de 1869, hace 155 años, poco después del inicio de la guerra independentista contra España.
Se dice que nace el teatro cubano a partir de la obra El príncipe jardinero y fingido Cloridano, de Santiago de Pita y Borroto, editada entre 1730 y 1733 en Sevilla, considerada la primera obra teatral cubana, pero, la historia nos relata que del año 1520 ha llegado lo que constituye la primera referencia teatral en Cuba y en el continente americano, fecha en la cual fue realizada una danza en Santiago de Cuba, por Pedro de Santiago.
Aunque la obra El Principe jardinero y fingido Cloridano no constituyó un reflejo de la nación, sino una historia de galanteos caballerescos, se convirtió en nuestro primer texto dramático y antecedente de nuestra escena popular. A propósito de la obra en general, pero de hecho a partir de los personajes, afirman algunos estudiosos de Pita que: «…no es delirio, creemos, vislumbrar anticipos del género bufo ni advertir un erotismo ingenuo, ligeramente obsesivo, que nos parece vernáculo…» (Smith, 1978), «…con El príncipe jardinero nace el choteo en el teatro cubano…» (Leal, 1980).
Tenemos como referencia de Padre del teatro cubano a Francisco Covarrubias (La Habana, 1775 – Ibídem, 1850) actor y dramaturgo cubano del siglo XIX. Es conocido como el «Padre del Teatro Cubano», siendo autor de más de veinte obras costumbristas cubanas.
Covarrubias fue muy notable en la historia de la musica cubana, por su participación en los comienzos del teatro musical cubano.
Gracias a él comenzó a hablarse «en cubano» en los escenarios de la isla. Introdujo además el personaje del «negrito», que como el «chino» y el «gallego» sería muy caro al teatro vernáculo. Fue también el mejor caricato de su época y su popularidad creció porque solía intercalar canciones, generalmente décimas, en sus obras. Tiene además la paternidad del género chico cubano, que consistía en adaptar los pasos, sainetes y entremeses españoles al ambiente local.
Nuestro país cuenta con uno de los teatros más importantes,es el majestuoso Gran Teatro de La Habana «Alicia Alonso», donde radica la sede del Ballet Nacional de Cuba, una de las principales instituciones culturales de la capital cubana y arquitectónicamente uno de los íconos de la ciudad, con un estilo neobarroco y construida en el año 1906 y aperturada en 1914, con una capacidad para 1500 espectadores.
Y en nuestra ciudad de Bayamo contamos, entre otros en la provincia de Granma, con el patrimonial, histórico y con una historia gigantesca la Sala Teatro José Joaquín Palma, antigua Iglesia de La Luz, la única que quedó en pie después del incendio de la ciudad, incluso se mantuvo funcionando como tal. Sus inicios de desconocen con exactitud.
Para la remodelación de la instalación se mezclaron varios elementos eclécticos, laicos y coloniales de su arquitectura original, de la mano del arquitecto Walter Betancourt, convirtiéndose esta institución cultural en un exponente único de su tipo en esta región.
El investigador cubano Rine Leal escribió:
…”Los cuatro siglos y medio de teatro cubano pueden ser estudiados como una extensa y gloriosa historia de una expresión cultural relacionada en todo momento al desarrollo de nuestra identidad nacional y al progreso social”.
Desde estos pequeños apuntes histórico-culturales quiero hacer llegar mis sinceras felicitaciones a todos los que hacen del teatro en Cuba uno de los momentos más importantes de la cultura nacional.