Escrito por: Rosell Alfaro Martínez
Cuando pienso en el teatro, ese arte de representarnos historias, situaciones o conflictos por medio de actores frente a un público heterogéneo, siento la necesidad de dirigirme a un grupo de artistas de las tablas que van creando su propia historia.
El Proyecto Teatral GIA (Grupo de Instructores de Arte) perteneciente al movimiento de artistas aficionados de la ciudad de Manzanillo respeta y se guía ordenadamente por un texto que los conduce a realizar una actuación muy bien lograda a mi manera de análisis, aunque no sea el teatro mi especialidad, pero me percato de cómo son capaces de montar con mucho sacrificio una bien diseñada escenografía de sus obras, gracias al desempeño de la buena dirección de su representante Ailed Mendoza Albo.
Quise dirigir la mirada sobre esta agrupación porque sé que tienen talento y potencialidad artística. He asistido a algunas de las puestas en escenas de GIA y he quedado a gusto, aunque no sean del todo aceptadas por la crítica especializada. Creo que este grupo de artistas, aunque noveles, denotan avances y su repertorio en tan poco tiempo, es rico y variado. Además, siento la necesidad de buscar miradas de apoyo moral y material para que tengan en cuenta la labor de estos jóvenes.
Varios artistas del movimiento de instructores de arte y de casas de cultura se unieron a este proyecto teatral sin apenas obtener beneficios materiales porque, teniendo sus vínculos laborales en instituciones como Casa de la Cultura, en el Teatro ATEGUA, en la emisora o en educación, aun así, los mueve un solo deseo: la pasión por lo que hacen.
La búsqueda incesante y el deseo de experimentar nuevas formas de creación les permite trabajar con niños, jóvenes y adultos tanto en las zonas rurales de difícil acceso como en la propia ciudad, colocándoles en un destacado lugar en el teatro a nivel provincial y con perspectivas de llegar a conquistar a un público de carácter nacional, siendo su aspiración llegar a todo tipo de público ya que no solamente llevan una línea estética dramática similar a ATEGUA, sino que hacen también teatro infantil.
Estos excelentes artistas tienen sus propias familias, puestos de trabajo en diferentes instituciones, un hogar que atender, sin embargo, trabajan sin descanso para hacer un teatro de buena calidad y aceptación del público en general, por tanto, solo nos queda admirar y reconocer que, a pesar de ser tan jóvenes, trabajan ¡por amor al teatro!