Escrito por: Diana Iglesias Aguilar
A 104 años de su muerte este 12 de octubre, María Luisa Milanés o Liana de Lux se erige indiscutiblemente como una joya de la literatura bayamesa, poetisa digna de ser estudiada, no solo porque tuvo una vida difícil que puede servir de ejemplo, también su obra en prosa, cuya mayor parte fue destruida, de la que se salvó la Autobiografía es considerada como el manifiesto feminista cubano, primero de su género. .
Apenas algunos textos se han escrito sobre ella y pocas revistas (como la manzanillera Orto) el mayor volumen de sus obras ha sido compilada hace unos años por el investigador Alberto Rocasolano en el volumen ¨Cuando la muerte deja de ser silencio¨, por lo que se hace necesario darla a conocer.
Nace en una finca rustica propiedad de su padre el 15 de julio de 1893, pero su vida se desarrolla en Bayamo donde unas cuantas tarjas reseñan por donde pasó, donde vivió, y donde en la necrópolis local descansan sus restos mortales traídos a la ciudad desde 1982 desde Santa Ifigenia. Allí en el camposanto, los visitantes se descubren el rostro ante la piedra y el epitafio conmovedor
Firmó sus poesías con el seudónimo de Liana de Lux, y a pesar de la opinión de varios estudiosos de la literatura cubana que la ubican en un lugar privilegiado, no solo desde lo literario también desde lo social por defender la independencia femenina, su obra y vida impresionante, son poco conocidas, incluso entre los bayameses, tampoco no se estudia en los programas de literatura cubana.
A más de un siglo de su trágico deceso, la obra de la poetisa bayamesa María Luisa Milanés sigue demandando estudio y promoción. Obra interesante y fecunda para una corta vida ubicada en lugar de privilegio según estudiosos de la literatura cubana del siglo XX.
Vivió solo 26 años, pero desde lo literario y desde lo social sus palabras calan profundamente en defensa de la independencia femenina. Casi toda la prosa escrita por Liana de Lux (así firmó sus textos) fue destruida por la propia autora, salvándose la ¨Autobiografía¨ considerado el primer manifiesto feminista conocido del anterior milenio en Cuba, al exponer descarnadamente y criticar con severidad vivencias cotidianas, relaciones filiales y emocionales del círculo familiar que afectan y limitan el desarrollo femenino.
El doce de octubre de 1919, en Santiago de Cuba, bajará a la tumba quien luego de tres días de debatirse entre fuertes dolores causados por el daño autoinflingido con arma de fuego. Suceso que llenó de tristeza a su tierna madre, la maestra María de la Luz García, benefactora del pueblo de Bayamo, a cuyo empeño le debe la ciudad el primer hospital, actual sede del Hospital Infantil de la urbe.
El amor frustrado, la muerte, la naturaleza y los profundos sentimientos humanos encuentran cause en los versos, que son testigos de un tiempo, de una vida y su entorno, de un alma superior, retenida en leyes, en convencionalismos que no tuvo, no pudo definitivamente sortear. Su memoria queda grabada en las artes, de manera particular la literatura dramática. Emigrantes del ocaso, drama escrito por Domingo Cuza Pedrera, sale a la luz una década atrás llevado a las tablas por Olympia Teatro, más recientemente Bayamesa de Abel Melo, premio Casa de las Américas, es interpretado por Argos Teatro y ubica a María Luisa de nuevo, desde el teatro en el interés de estudiosos de la historia y la literatura. Intentos que vale la pena alimentar, repetir, difundir para preservar la memoria de la literatura bayamesa.