Escrito por: Diana Iglesias Aguilar
Cuando escucho hablar de descolonizar la Cultura cubana de influencias foráneas que a la postre muchos conviven con ellas y las dejan «pasar» con vista » gorda», siempre pienso en un descolonizador que vive y trabaja en Bayamo de lunes a lunes, haciendo sentir felices a cientos de personas cada día, con el uso acertado del balance de ritmos, donde predomina lo cubano, operando los audios del selecto Video Bar Sindo Garay de la Egrem, comercializado por la empresa privada Maldonado Vega SURL. Hablo de ErneyDJ, conocido así en el mundo artístico.
Erney Blanco Roben fue un niño y adolescente normal, bien apegado a los cánones familiares, educado en el valor de la palabra empeñada y el respeto al prójimo. De su madre Helen tiene el carisma y la sonrisa perenne, aunque estén cayendo truenos y rayos de punta, pero la música siempre estuvo ahí, en sus sueños.
Para Erney es suficiente poner a bailar y a llorar al público con música (bien) escogida de todos los tiempos, cubana e internacional, porque para él no hay que renunciar a lo bueno venga de donde venga.
Él es un show man, no de los que cautiva en el escenario, pero sí de los que hacen maravillas con las máquinas de sonido y lo combina con otros elementos artísticos. Debe ser de los pocos DJ de la zona que domine además del sonido, las luces, el manejo de los audiovisuales, la animación, «luche» directo con los artistas y salga airoso, y además interactúe sin pena con todo tipo de público, echando de vez en cuando un pasillo en la pista, seña de que disfruta bien cuánto hace. Y esa es una de las claves del éxito.
Siempre está muy ocupado, sin descanso ni un día en la semana pone la música en las mañanas a la carpa en la entrada del Centro Cultural Bayam, también en las carpas Convergencia, detrás del propio centro, en el vídeo Bar, los fines de semana en el salón principal del Bayam, y cuando hay actividades, también en «El Chorrito», instalación de la empresa extra hotelera Palmares, los 365 días al año.
La experiencia de más de dos décadas en los avatares del sonido, le dan suficientes elementos para manejar los ritmos, los intérpretes, pulsar el sentir de los clientes, » enamorarlos» con el lugar y contribuir al clima favorable para lo que está diseñado: el disfrute pleno. Detrás hay estudios empíricos de varias disciplinas, mucha paciencia, deseo de hacer, profesionalidad y ética.
Cuando hablamos de música, músicos, movimientos artísticos, espectáculos, ambientes de bares, cabarets, orquestas, siempre tiene opiniones atinadas, y sobre todo de preferencia de lo cubano, sin pecar de patriotero. Explica cuestiones de balance rítmico y coincidimos en que se puede llenar una disco con jóvenes sin abusar del reggaetón, ni de otros géneros urbanos, donde cabe además La Aragón, Son 14, La Original de Manzanillo, Yakaré…y muchas otras agrupaciones, también los medianos y pequeños formatos…en Granma hay para todos los gustos.
Acerca del abuso de los ritmos urbanos para ganar público me habla con los gestos elocuentes, y agrega que por varios años en este circuito Video Bar Bayam-Palmares, la satisfacción de los clientes es visible y en gran parte obedece a la selección y dosificación musical, además del servicio gastronómico de Maldonado Vega SURL y las ofertas de bebidas y otros.
Erney defiende además la música en vivo, que en coordinación Egrem -Empresa de la música, sostienen viernes y sábado con excelentes intérpretes locales como Mario Rodríguez, Doramis, Noelvis, Maikel Enrique, entre otros, que logran cautivar y complacer a los clientes habituales y ocasionales, con repertorios y estilos bien diferentes. Para él esta propuesta obedece y resguarda la tradición de ambientar espacios con artistas en vivo que tiene Bayamo, en especial este centro cultural adonde ojalá retornen los vistosos, coloridos y fascinantes espectáculos de cabaret que dieron fama al Bayam hace muchas décadas y lo ubicaron en la ruta de turistas nacionales y extranjeros.
«Lo nuestro merece defensa», se refiere al conjunto música-danza-espectáculo en vivo-audiovisual, del que opina hay de diversa calidad artística y para todos los gustos, pero es responsabilidad de los profesionales del sonido y el espectáculo tanto privados como instituciones estatales, educar los oídos y los gustos musicales, mostrando lo que disponemos, en el caso particular de la provincia Granma con un amplísimo y diverso registro de agrupaciones capaces de complacer y animar cualquier festividad.
Hace más de una década Erney elevó ancla del Bayamo natal y navegó hasta Cayo Guillermo, marcando el inicio del trabajo musical. En la disco cubano-italiana Viaggi del Ventaglio comenzó a apreciar cuanto se valora la auténtica música cubana fuera de Cuba. La riqueza rítmica de la Mayor de las Antillas y el inagotable caudal que representa. Era la época de los discos de acetato y las máquinas de cassette reversible, nada fácil la tarea diaria.
De regreso a casa varios años después, experimentó con varios equipos de sonido y por buen tiempo puso su sello junto al de Juan Carlos Santa Elena y la Orquesta Fiverson.
Un «buen» día llegó la covid y todo cambió para el mundo, también para Erney, que empezó entonces en el audio de Palmares, desde donde los clientes lo aclaman para poner música, los artistas para ambientar sus escenarios y alistar audio, donde va haciéndose necesario y luego imprescindible, y haciendo equipo con gastronómicos y personal artístico, de seguridad, con todos por su carisma de cubano, desde donde va dejando su sello de buen catador de la música toda, de preferencia aquella que tiene lírica y traspola al ser humano en los estados de ánimo que desean.