Sembrar lectura, para crecer.

Escrito por: Diana Iglesias Aguilar


Acerca de la necesidad urgente de sembrar el hábito por la lectura, desde la raíz, desde el apego a las páginas de los libros, sugiere el profesor, editor y escritor Luis Carlos Suárez, en el espacio mensual Aula de Pensamiento de la Casa de la Nacionalidad Cubana.
El fenómeno de la  lectura: los desafíos y tropiezos en el panorama cultural que atraviesa, ocupan la disertación en la que participan bibliotecarias de diversas escuelas bayamesas, archiveros, museólogos y profesores universitarios.


Entre los análisis emergen argumentos:»Estamos haciendo la promoción del libro digital de forma festinada» afirma Suárez Reyes,  y lo dice con toda propiedad de intelectual comprometido con el mundo editorial.


Agrega que urge pensar en una estrategia de producir, promover y comercializar el libro digital dentro de Cuba, aunque hay que tener conciencia de que siempre el público digital estará sujeto a las posibilidades tecnológicas de cada individuo, en cambio el texto impreso, una vez hecho, puede llegar al gran público y pasar de mano en mano, perdurar años.
Con respecto a la lectura en soportes digitales, dice: «No podemos esperar a producir libros sin estrategias de comunicación». Bien lo sabe el notable poeta y narrador tanto infantil como para adultos. Devenido promotor literario y parte del proyecto Acento que promueve la lectura en el barrio bayamés Camilo Cienfuegos junto a su familia.
Luis Carlos llama la atención sobre el  concepto de lectura que  ha cambiado, la semiótica de la lectura ha cambiado, se habla de leer el paisaje, la arquitectura, de leer imágenes.
El consumo cultural literario va migrando entre los jóvenes y no tan jóvenes hacia los libros digitales. Pero, sabemos que leen, con qué frecuencia y que les aportan esas lecturas.
Opina Luis Carlos que el libro impreso no perecerá, que el placer que reporta la lectura de páginas impresas es insustituible.


La Dra Alisa Natividad Delgado reflexiona acerca de los retos de la universidad y las academias en cuanto a la impresión de textos formativos por escasez así como también la desaparición de publicaciones periódicas (revistas) de tipo científico y cultural por las amenazas financieras y de recursos que afectan la actualización bibliográfica en el mundo universitario.
«La lectura es un disfrute reñido con la pereza intelectual, como dijo Alejo Carpentier. Para disfrutar y enamorarse de la lectura hay que entrar en el libro y ahí está la labor del promotor que tiene el reto de más que convocar la lectura, sembrar las necesidades de cultura, acota Suárez Reyes, quien fiel a su vocación poética recitó versos de Retamar, aludió anécdotas de lectores orgánicos que han llevado libros en los momentos inimaginables de sus vidas.


Otra columna vertebral de la lectura es la familia, argumenta el profesor, es en la familia dónde se apoya y germina esa planta que beneficia el espíritu, abona la imaginación y la creatividad e impulsa el pensamiento lógico.


Falta enseñar a leer, no es decir lean, sino enseñar cómo leer. Recursos como una libreta o agendas de ideas, palabras desconocidas que se encuentran, conclusiones, lista de los  personajes, entre otros apuntes ayudan al lector.


De otras artistas de promoción dice: “Tenemos vendedores de libros no tenemos libreros” y  sugiere a los del oficio de bibliotecarios leer  entre visita de lectores.
Cuenta de las experiencias de promoción literaria dentro y fuera de Cuba y como amante de la literatura sigue apostando por el libro impreso, sin negar el desarrollo.  

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