Escrito por: Diana Iglesias Aguilar
Hay en la Historia del mundo amores difíciles, pintados con pasión y tragedia. El espacio Amores en la Historia de la Biblioteca Provincial 1868 de Bayamo nos acerca, en verso o en prosa a algunos de ellos.
Amores difíciles de Dulce María Loynaz, Carilda Oliver, Gertrudis Gómez, José Martí, Juan Clemente Zenea, poetas todos que supieron plasmar en síntesis de versos su sentir. Sin embargo las epístolas y las miradas de dos seres comunes, protagonistas de esta historia, también estremecen.
«Rita Rosa de Venus y de Mariana» es el nombre de la conferencia que ofrece la Historiadora Lourdes Ferrera, Subdirectora de Cultura en Granma, dónde cuenta el amor entre una émula de Mariana y el valeroso guerrillero Braulio Coroneaux en la Sierra Maestra.
Amor trunco, de ruptura abrupta e inesperada, trágico, amor sin consumación, pero amor aún a pesar del paso del tiempo, por lo que estremeció a esos dos seres y por lo que imantó a cuántos le rodearon.
Cuenta Lourdes que Guisa, poblado fundado el 16 de agosto de 1765 es de gente enamorada y valiente. Allí se guarda el primer libro de matrimonio entre mambises, los que se oponían a firman ante el juez español un amor que mandaba no solo libertad individual sino de toda Cuba.
Rita Rosa, la protagonista de este amor, nace en Jiguaní y es una mujer india, heredera de lo mejor de ese río de oro dónde se forja. Menuda de cuerpo y grande de alma. Tiene 34 años cuando en 1958 decide dejar sus cinco hijos al abrigo de otros brazos y alzarse en la Sierra Maestra, una decisión que habla de firmeza y osadía para la mujer cubana de esa época.
Trabaja como doméstica en La Habana y decide romper todas las cadenas de los tabúes sociales. Ya en la Sierra, Fidel comprende desde mucho antes la importancia de la participación femenina en la lucha. Ya estaban Celia, Vilma, y algunas mujeres en múltiples funciones. Cómo costurera diestra llega a Rita Rosa un soldado rebelde con el pantalón deshecho, al que tiene que prestarle uno de los de ella.
Delgados son ambos, con la diferencia de que él ha estudiado, pero tiene una historia difícil de buscar su sentido de vida, había sido soldado de Batista, pero su origen humilde en Guantánamo lo hace ir del lado de la tropa rebelde. Diestro en táctica y tiro, se gana la confianza de los suyos a golpe de coraje es en el propio 1958 dónde las miradas de Braulio y Rita se encuentran.
Ella es madre de prole numerosa, él está casado. Deben luchar contra prejuicios y acatar las normas sociales. Comienza entonces una historia de pasión manifiesta en miradas, conversaciones y cartas. Él escribe, ella apenas puede leer emocionada sin saber que existían tantas frases hermosas.
Rita es del pelotón de las Marianas, acompañan a la Columna Uno en la batalla rebelde por impedir la entrada de refuerzos al poblado de Guisa que inicia el 20 de noviembre de 1958.
Rita es experta enfermera, fundadora de la Cruz Roja cubana en la serranía, junto a otras cuatro valientes mujeres permanece en la fragua del combate que es fiero e intenso en pocas horas de descanso, sus piernas sirven de almohada a Braulio que salta dormido por una pesadilla de muerte, premonitoria ensoñación de la tragedia vecina.
Braulio domina la loma del Martillo, causa bajas y obstaculiza el paso del enemigo. Un disparo de tanque, aunque otros dicen que de helicóptero, hace pedazos al héroe junto a un soldado aún desconocido y a Guillermo González Polanco.
La primera en llegar hasta los restos sangrantes es Rita Rosa, con energía homérica recoge los restos de su amado y compañeros. La ropa salpicada de sangre y sesos la lleva a las estrofas dónde él le dice: «tu amor me hace el más feliz de los hombres»
El espacio cultural con motivo del día del amor y la amistad estuvo amenizado por la agrupación Metales en concierto y contó con numeroso público que disfrutó de poesías, anécdotas y refrigerios en un día especial dedicado también a la Historia de Cuba.